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Artículo publicado en Nature Ecology & Evolution
El ascenso y la extinción de los elefantes
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Los elefantes y sus antepasados fueron empujados a la extinción por oleadas de cambios ambientales globales, en lugar de la caza excesiva por parte de los primeros humanos, según una nueva investigación.
El estudio publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, desafía la visión tradicional de que los primeros cazadores humanos sacrificaron elefantes, mamuts y mastodontes prehistóricos hasta su extinción. Por el contrario, los elefantes y sus antepasados fueron empujados a la extinción por oleadas de cambios ambientales globales extremos.
Un grupo internacional de paleontólogos de las universidades de Alcalá, Bristol, Helsinki, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), puso a prueba el análisis más detallado hasta la fecha sobre el ascenso y la caída de los elefantes y sus predecesores.
Este estudio examinó cómo se adaptaron 185 especies diferentes durante 60 millones de años de evolución. Para investigar esta rica historia evolutiva, el equipo examinó las colecciones de fósiles de museos de todo el mundo, desde el Museo de Historia Natural de Londres hasta el Instituto Paleontológico de Moscú.
Al investigar rasgos como el tamaño del cuerpo, la forma del cráneo y la superficie de masticación de sus dientes, el equipo descubrió que, a lo largo de esta historia, los proboscidios desarrollaron ocho conjuntos de estrategias adaptativas que les permitieron dispersarse desde África al resto de los continentes e islas. Durante los primeros 30 millones de años, solo dos de los ocho grupos evolucionaron. Sin embargo, hace unos 20 millones de años, el curso de la evolución de los proboscídeos cambió drásticamente, cuando la placa arábiga chocó contra el continente euroasiático. Arabia proporcionó un corredor de migración crucial para la diversificación de especies que exploraron nuevos hábitats en Eurasia y luego cruzaron a América a través del puente terrestre de Bering.
“Esta nueva investigación, además, pone de manifiesto que con la expansión de las sabanas y las praderas hace siete millones de años, los grupos de proboscídeos más aptos para la vida en zonas boscosas y con dietas de frutos y brotes empezaron su declive. Mientras, las especies de proboscídeos típicas de espacios abiertos, capaces de alimentarse de materia vegetal menos nutritiva (pasto e incluso ramas), se multiplicaron y diseminaron por el planeta” resaltó el paleontólogo José Prado, coautor del estudio e investigador en el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA, CONICET-UNICEN).
El estudio llevado a cabo por los científicos identificó tres momentos críticos de extinción de los proboscídeos: hace unos 2,4 millones de años, hace 160.000 y 75.000 años para África, Eurasia y las Américas, respectivamente. “Sorprendentemente, los resultados no se correlacionan con la expansión de los primeros humanos en estos continentes y sus capacidades mejoradas para cazar grandes mamíferos” expresó el paleontólogo.
Otro interrogante que se plantearon los investigadores es, sí los Homo Sapiens primitivos tuvieron algo que ver en el declive final de los proboscídeos: “Todo apunta a que no, aunque esto no quiere decir que refutamos de manera concluyente cualquier participación humana”, indicó el investigador José Prado.
Referencia bibliográfica: Cantalapiedra JL, Sanisidro O, Zhang H, Alberdi MT, Prado JL, Blanco F, Saarinen J (2021) The rise and fall of proboscidean ecological diversity. Nature Ecology & Evolution. https://www.nature.com/articles/s41559-021-01498-w
Doi: 10.1038/s41559-021-01498-w